Tus primeras 10.000 fotografías son tus peores fotos. Henri Cartier-Bresson
Muchas de las decisiones que tomamos los fotógrafos al ver cómo hacer una determinada fotografía, van encaminadas a resaltar el motivo principal que se pretende fotografiar. El objetivo es conseguir centrar la atención en un punto en concreto, con el objeto de que la historia que cuenta la fotografía sea clara y sin distracciones.
Pero, ¿cómo conseguimos atraer el ojo del espectador en un determinado punto?. Haciendo algo fuera de lo común diferenciándote del resto. Los contrastes atraen nuestra atención. El ojo persigue el movimiento cuando está todo quieto, el cambio de color en un paisaje de color uniforme, el punto de luz en medio de la oscuridad, …
Pues lo mismo sucede en fotografía. El elemento que contrasta se lleva la atención, el elemento diferente arrastra el ojo hacia él. ¿Y cómo hacemos «diferente» nuestro motivo principal?. No hay reglas absolutas, pero sí existen algunos factores que nos pueden ayudar.
La atención se centra en el punto enfocado, esto no quiere decir que, a partir de ahora, se acabaron las fotos de gran profundidad de campo en las que todo está perfectamente enfocado, sencillamente quiere decir que uno de los elementos para atraer atención en un punto es hacer que éste sea el único enfocado en la fotografía.
La atención se va a donde hay algo, pon tu motivo en un entorno en el que no haya nada, o en el que no destaque nada, y el ojo buscará tu motivo.
La atención busca las personas y, en especial los ojos, cuando hay personas en una foto, la atención se centra fundamentalmente en ellas, como si entendiéramos que son los protagonistas en la foto. Por este motivo es tan importante en los retratos, que los ojos estén perfectamente enfocados.
La atención se centra en el que es distinto, llamándonos la atención de lo que allí sucede.
La atención se centra donde apuntan las líneas, marcan un camino que transmite montones de sensaciones, y cuando las líneas maestras en una foto convergen en un punto, nuestra atención se centra en él.
La atención persigue la luz,en entornos en penumbra en los que hay un haz de luz suele suceder que el ojo se centra en ella, como si se quedase a la espera de que, a través de ella, algo fuera a suceder. Así, otra de las maneras de centrar la atención en un punto es jugar con la luz que lo ilumina.
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